SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD AMBIENTAL EN EDIFICIOS DE USO PÚBLICO
El diseño y la construcción de los edificios está cada vez más centrado en el ahorro energético y es por ello que los espacios son herméticos, con poca ventilación y escasa posiblidad de reciclaje del aire exterior. Esta es una de las causas principales de la contaminación del interior de los edificios, otras causas pueden estar en los materiales de construcción, recubrimientos, aislamientos, elementos decorativos o, incluso, el mobiliario. Esta contaminación que se genera en los espacios cerrados es responsable directa de muchas molestias y enfermedades que afectan a las personas que trabajan en estos edificios: desde una simple fatiga o molestia leve hasta síntomas compatibles con alergias, infecciones e, incluso, cáncer.
El tipo de edificios que pueden sufrir lo que se conoce como el síndrome del edificio enfermo es muy diverso y engloba recintos o edificios e instalaciones urbanas donde se acumulen personas como: guarderías, polideportivos, residencias de ancianos, bibliotecas... a excepción de aquellos lugares donde se desarrollen actividades industriales.
El Código Técnico de la Edificación, el Reglamento de Instalaciones Térmicas y el Reglamento relativo al registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias y preparados químicos (REACH), han supuesto un paso importante para la gestión de la calidad del ambiente interior de los edificios de uso público y suponen una herramienta para la implantación de los procedimientos necesarios para la prevención y el control de los riesgos sanitario-ambientales asociados al interior de los edificios. Estos procedimientos consiguen ambientes saludables mediante la gestión, auditorías y planes de autocontrol durante el diseño, mantenimiento y control de la vida del edificio.
Requisitos Básicos de un Sistema de Gestión de la Calidad de Ambiente Interior (SGCAI)
Para identificar los factores con mayor incidencia en la calidad ambiental se realiza una recolección de quejas, anomalías y problemas anteriores, también se realiza una toma de muestras para determinar la concentración de contaminantes presentes. Según los resultados obtenidos se diseñarán las medidas de vigilancia y correctoras que garanticen un entorno saludable. Posteriomente, se puede realizar una segunda investigación para evaluar los resultados obtenidos.
Diseño de un Sistema de Gestión de la Calidad de Ambiente Interior (SGCAI)
El Sistema de Gestión de la Calidad del Ambiente Interior (SGCAI) que utilicemos debe ser un instrumento de gestión dinámico, ya que los puntos críticos que pudieran requerir de medidas preventivas y controles periódicos en unos casos, pueden estar controlados mediante buenas prácticas de higiene y limpieza en otros. Esto implica que las actuaciones pueden modificarse añadiendo nuevas medidas o descartando otras según los casos.
Los Planes que deben integrar el SGCAI son:
• Plan de Prevención y Control de la Calidad del Aire Interior (PCCAI)
• Plan de Reformas y Remodelaciones
• Plan de Mantenimiento
• Plan de Limpieza y Desinfección
• Plan de Control Integrado de Plagas
• Plan de Autocontrol de Agua de consumo humano
• Plan de Autocontrol de Legionelosis
El SGCAI se desarrolla en 3 niveles de actuación estructurados en:
• Diagnóstico de situación.
• Medidas de actuación: Vigilancia y Control.
• Evaluación.
En cada fase se tendrán en consideración los siguientes puntos:
- 1. Realizar un Análisis de Peligros: consiste en la recopilación y evaluación de información sobre los factores, elementos y condiciones del edficio para valorar posibles riesgos y su gravedad.
2. Determinar los Puntos de Control Crítico (PCC): son los procedimientos, etapas, elementos o instalaciones que pueden ser controlados aplicando medidas que previenen, eliminan o reducen a niveles aceptables un peligro.
3. Establecer los límites críticos para cada PCC: es el valor que debe ser vigilado, la frontera entre lo aceptable y lo inaceptable.
4. Establecer un sistema de vigilancia para el control de los PCC: puede ser un sistema de vigilancia continua con equipos automáticos o vigilancia discontinua con exámenes visuales o muestreos. El proceso de vigilancia debe estar perfectamente documentado y descrito.
5. Establecer medidas correctoras cuando el sistema de vigilancia indica que un PCC no está controlado: es la acción que debe tomarse cuando los resultados de la vigilancia en un PCC indican que ese punto no está controlado, porque existen desviaciones del límite crítico de ese punto. - 6. Establecer los procedimientos de verificación para confirmar que el Plan funciona correctamente: consiste en comprobar que el Sistema funciona de forma eficaz y que las medidas de control se realizan de forma correcta.
7. Establecer un sistema de documentación y registros con toda la documentación que desarrolla el plan: prodecimientos, instrucciones de trabajo, esquemas de instalaciones, etc.
El Sistema de Gestión de la Calidad del Ambiente Interior (SGCAI) se aplica de forma general en todo tipo de instalaciones, entornos y edificios, incluidos los residenciales y urbanizaciones, excepto en las viviendas. El objetivo de este sistema de gestión es solucionar los problemas de calidad ambiental en entornos donde ya existen y prevenir su aparición en los edificios que no lo tienen, actuando como herramienta de prevención de riesgos.
Niveles de actuación del Sistema de gestión
1. DIAGNÓSTICO DE SITUACIÓN
Identificación de todos los aspectos del edificio que interaccionan con la calidad ambiental interior. Se considerará:
- • Características estructurales del edificio, características de las actividades desempeñadas y características de los ocupantes o usuarios del eficio que puedan influir en la calidad ambiental.
• Posibles focos contaminantes.
• Problemas o quejas existentes asociados al edificio.
• Problemas ambientales detectados con anterioridad y las medidas adoptadas para solucionarlos.
• Mediciones y resultados obtenidos.
PRIMERA FASE. RECOGIDA DE INFORMACIÓN.
Existen muchos factores a tener en cuenta para hacer un diagnóstico de situación. El primer paso es pedir la solicitud de información al responsable y analizar el libro del edificio donde se detalla la antiguedad, planos, esquemas de instalaciones, memorias técnicas descriptivas, registro de quejas, gestión de residuos, etc. También es importante analizar el flujo de personas y materias relacionados con el edificio.
Otro aspecto importante es la ubicación del edificio, tenemos que analizar la calidad del aire exterior de la zona, el nivel de ruido, la orientación y condiciones climatológicas, los usos anteriores del solar y los focos de contaminación del entorno.
En cuanto al edificio en sí, se tendrá en cuenta el uso y la distribución del edificio, los materiales de construcción, las instalaciones e infraestructuras, el mantenimiento del edificio y las reformas y remodelaciones que se hayan realizado.
SEGUNDA FASE. ANÁLISIS DE PELIGROS.
Una vez identificados todos los aspectos y elementos que pueden suponer un peligro potencial, se seleccionan los que realmente sean significativos para su posterior valoración mediante la toma de muestras. La importancia del peligro se evalua clasificándolo en:
COMPATIBLE (C), MODERADO (M), GRAVE (G) y MUY GRAVE (MG).
Para asignar valores a la probabilidad de que ocurra un peligro se utilizará como referencia los valores:
- • NULA. Prácticamente imposible, el daño no ocurre nunca.
• BAJA. Remotamente posible, ocurre raras veces. Puede producir afecciones leves o daños superficiales.
• MEDIA. Bastante posible. Si no ha ocurrido antes es fácil que suceda. Puede provocar efectos considerables para la salud como quemaduras, fracturas, lesiones múltiples, enfermedades infecciosas agudas, intoxicaciones no mortales, etc.
• ALTA. Completamente posible. Ocurre siempre o casi siempre y puede entrañar daños graves como enfermedades crónicas, intoxicaciones mortales, cáncer, lesiones muy graves o mortales.
Una vez calificado un peligro por su grado de riesgo, se valorará si es necesario adoptar medidas preventivas para evitarlo o reducirlo, y asignar la prioridad de implantación de esas medidas.
TERCERA FASE. INSPECCIÓN Y TOMA DE MUESTRAS.
Estrategia de muestreo.
Salvo aquellos casos en los que exista un marco normativo donde se contemple la planificación del muestreo (legionella, agua de consumo humano, piscinas, etc.), es necesario establecer donde medir y el número representativo de muestras a realizar. Deben considerarse las circunstancias de cuándo y dónde se mide: condiciones del edificio en ese momento (ocupación, hora, método, duración y frecuencia del muestreo).
Los parámetros a analizar incluirán unos mínimos, que de forma general, están relacionados con la calidad ambiental, como son:
- • Temperatura y humedad relativa.
• Dióxido de carbono.
• Monóxido de carbono.
• Partículas en suspensión (PM10).
• Bacterias y hongos en suspensión.
Parámetros analíticos reglamentarios incluidos en los Planes del SGCAI.
CUARTA FASE. VALORACIÓN DE RESULTADOS E INFORME FINAL.
Durante esta fase se emitirá el diagnóstico que se expresará como "Edificio con Calidad Ambiental en Interiores Aceptable" cuando los resultados obtenidos sean satisfactorios o "Inaceptable" cuando sea necesario aplicar medidas correctoras.
El Diagnóstico de Situación de la Calidad Ambiental Interior quedará plasmado en un documento con la ficha técnica del edificio y el resultado del Análisis de Peligros.
2. MEDIDAS DE ACTUACIÓN: VIGILANCIA Y CONTROL
A partir del Diagnóstico, se elaborarán las medidas de vigilancia y control que afectan a cada Plan Integrante del SGCAI, y que deben aplicarse de formar planificada según el cuadro de gestión. Mediante los cuadros de gestión cualquier persona que lo consulte, puede conocer de forma rápida como es la situación ambiental del edificio.
En las medidas de vigilancia se contemplará: qué debe controlarse, quién es el responsable, cómo hay que hacerlo y con cuánta frecuencia se llevarán a cabo. Siempre que sea posible, se explicará a los operarios el porqué de cada actuación.
Se llevarán a cabo medidas correctoras cuando de la vigilancia de un PCC indiquen que existen desviaciones del límite crítico en algún punto.
3. EVALUACIÓN
Para comprobar la efectividad de las medidas de actuación realizadas y el grado de cumplimiento es necesario realizar un seguimiento. Estas acciones de verificación son diferentes a las de vigilancia, son programadas y se llevan a cabo por personal cualificado. Se pueden realizar a través de auditorías o calibración de equipos.
Puntos de verificación:
- • Grado de cumplimiento del Sistema: métodos de control, medidas de vigilancia, calendario previsto, otras medidas de acompañamiento, etc.
• Efectividad: Verificar si se están controlando los PCC y no se superan los límites establecidos. Obtención de los resultados esperados.
• Incidencias: También deberán recogerse durante la verificación todas las acciones correctoras, quejas, efectos adversos para la salud detectados.
PLANES Y DIRECTRICES ESENCIALES DE APLICACIÓN TRANSVERSAL EN UN SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD AMBIENTAL EN INTERIORES
Para la correcta gestión de la calidad ambiental en interiores es esencial aplicar planes de aplicación transversal para controlar áreas como la calidad del aire interior, la gestión de plagas urbanas, planes de limpieza y desinfección y la gestión sanitaria de las aguas.
PLAN DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA CALIDAD DEL AIRE INTERIOR.
La calidad del aire interior depende en gran parte del diseño, higiene, mantenimiento y funcionamiento de los sistemas de ventilación y climatización del edificio. Estos sistemas deben crear condiciones térmicas aceptables de temperatura y humedad para el confort térmico de los ocupantes. Estos sistemas que se distribuyen por todo el edificio aportando aire acondicionado por los difusores, también pueden transportar contaminantes y el plan de prevención y control de la calidad del aire interior se diseña para evitar la propagación de contaminantes en el aire.
El diseño del PCCAI sigue las mismas etapas que el Sistema de Gestión de la Calidad de Ambiente Interior.
- • Diagnóstico de Situación de Calidad.
• Medidas de actuación: vigilancia y control.
• Evaluación.
GESTIÓN SANITARIA DE PLAGAS URBANAS
Las plagas en ambientes urbanos actúan como vectores de transmisión de enfermedades y/o microorganismos patógenos. Se considera una plaga urbana a aquella especie con una presencia superior a los niveles considerados de normalidad e implicadas en la transmisión de enfermedades infecciosas para el hombre y el daño o deterioro del hábitat y del bienestar humano.
En la actualidad, el aumento del tráfico de viajeros y comercio internacional, las alteraciones del medio ambiente y las nuevas tendencias de ocio y recreo juegan un papel importante en la presencia de especies no habituales en nuestro medio urbano como las plagas de hormigas, pulgas, garrapatas, chinches y, de forma alarmante, la introducción de especies exóticas.
La OMS establece que la estrategia de control debe realizarse de acuerdo a un programa de lucha racional definido como: Control Integrado de Plagas. En este programa se seleccionan actuaciones específicas para mantener la población de especies nocivas por debajo del umbral de tolerancia y que integren y combinen métodos de prevención y control, minimizando el uso de biocidad. De hecho, la aplicación de biocidas respetuosos con el medio ambiente se está optimizando para la desinfección de cucarachas, desinfección de suelos, control de roedores, chinches de la cama, palomas o aves en general.
El plan de Control integrado de plagas se basa en la adopción de medidas preventivas o en la ejecución de medidas estructurales correctoras con el objetivo de conseguir un menor impacto sobre la salud y el medio ambiente a bajo coste económico. Se desarrolla en 3 niveles de actuación:
- • Diagnóstico de situación: recogida de información e inspección del edificio para su posterior análisis.
• Programa de actuación: se establecen medidas de control que pueden ser puntuales o planificadas en el tiempo según las necesidades del edificio. Se establece un sistema de registro que recoja el diagnóstico de situación, el programa de actuación, incidencias, medidas correctoras, etc.
• Evaluación: se realiza un seguimiento para conocer la efectividad de las medidas aplicadadas. También se recogen las incidencias derivadas de la aplicación del programa de actuación.
Después de la implantación del Plan de Control de Plagas se lleva a cabo una estrategia de mantenimiento:
- 1. Listado de instalaciones y equipos.
2. Periodicidad de revisiones o labores a realizar.
3. Responsable de la realización de las labores descritas.
4. Registro de las actividades realizadas y las incidencias detectadas.
PLAN DE LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN
El objetivo de la limpieza es conseguir un nivel de limpieza optimo y no diseminar en ambiente interior partículas procedentes de la realización de una incorrecta operación de limpieza.
La desinfección será realizada sólo en aquellos casos en los que el programa de limpieza sea insuficiente para el control del riesgo y siempre será posterior a la limpieza. Con la desinfección se reduce la carga microbiana a niveles no nocivos para las personas. Es recomendable minimizar el uso de productos químicos o, cuando son necesarios, utilizar los de menor toxicidad siguiendo las indicaciones de la ficha de datos de seguridad.
Si en locales e instalaciones específicas fuera necesario valorar el riesgo biológico, se diseñará el Plan de Desinfección. El procedimiento de actuación se establecerá siguiendo el modelo general de diagnóstico de situación, medidas de control y evaluación. En el caso de instalaciones e infraestructuras en los que por imperativo legal los tratamientos sanitarios sean obligatorios, los criterios técnicos a seguir en el uso de productos químicos serán los contemplados en la normativa vigente.
El Plan de Limpieza y Desinfección debe incluir como mínimo:
- Plano de instalaciones e inventario de equipos y utensilios y tipo de actividad o uso.
- Actividades de Limpieza y Desinfección: Métodos, Productos, Frecuencia y Responsables.
- Controles analíticos: tamaño muestral (número de puntos y su distribución), frecuencia, métodos analíticos acordes con la normativa vigente o, en su defecto, recomendaciones existentes, laboratorio contratado para la toma de muestras.
- Registros – Documentación: Fichas de datos de seguridad de cada producto, Empresa Aplicadora, Incidencias, etc.
GESTION SANITARIA DE LOS SISTEMAS DE AGUAS
GESTIÓN SANITARIA DE LAS AGUAS DE CONSUMO HUMANO
Los microorganismos que pueden contaminar las fuentes de agua provienen principalmente de las heces de las personas o animales que puedan contener patógenos para los seres humanos, este es el caso de Giardia lamblia, Escherichia coli O157, Yersinia enterocolitica, virus de la hepatitis A o E, etc., pero también por otros patógenos que colonizan el agua de forma natural como Pseudomonas aeruginosa, o Legionella pneumophila.
Asimismo, también es de gran relevancia la presencia de sustancias químicas en el agua, cuyo origen puede ser natural (arsénico, selenio, antimonio...), o bien son debidos al tratamiento de agua potable o de su transporte (plomo), o por contaminación agrícola o industrial (pesticidas, nitratos, metales pesados, etc.).
La calidad del agua potable está regulada por el R.D. 140/2003 de 7 de febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, y establece los parámetros a controlar y los valores que debe cumplir en el punto donde se pone a disposición del consumidor.
GESTIÓN SANITARIA DE INSTALACIONES Y DISPOSITIVOS DE RIESGO DE LEGIONELOSIS.
La legionelosis se transmite por vía aérea a partir de diversas fuentes de infección capaces de emitir aerosoles contaminados con la bacteria: torres de refrigeración y condensadores evaporativos, agua caliente sanitaria, bañeras, piscinas de hidromasaje, equipos de nebulización, fuentes ornamentales, equipos de terapia respiratoria, etc. Las personas se contagian al inhalar pequeñas gotitas que contienen la bacteria (<5 µm).
Normalmente, el periodo de incubación oscila entre los 2-10 días y la enfermedad puede presentarse como un brote de dos o más casos con exposición a una única fuente, o como casos aislados sin evidente agrupación temporal o geográfica.
Se establecen criterios estructurales, higiénicos y de ubicación para elaborar el Plan de prevención de la Legionella. Son medidas dirigidas a prevenir la creación de zonas aisladas o inaccesibles en las instalaciones donde no lleguen a ser efectivas las operaciones de mantenimiento y limpieza y, por tanto, puedan favorecer el desarrollo y propagación de la legionella desde estas zonas sucias al resto de la instalación.