fumigaciones

Herramienta de control

Si estás buscando una manera efectiva de acabar con una plaga, la fumigación es, sin duda, el tratamiento más utilizado. Este procedimiento consiste en aplicar productos químicos para lograr la desinfección en el caso de las bacterias o la erradicación en el caso de las plagas de insectos.

Existen distintos tipos de fumigaciones según la plaga que se quiere combatir y el lugar en el que se aplica el tratamiento. Los productos químicos se pueden aplicar de distintas formas: como polvos en suspensión, gases o humo.

Las fumigaciones se realizan en agricultura para mantener las cosechas libres de plagas y en ciudades para evitar problemas de salud pública. También se realizan fumigaciones en domicilios y empresas particulares que tienen problemas de plagas. Para que las fuminagciones se realicen de forma correcta entran dentro de un plan de saneamiento y se llevan a cabo por profesionales preparados para ello. En Plagiser te ofrecemos nuestro servicio de diagnosis e inspección para evaluar el estado de la plaga y ofrecerte la forma más eficaz para erradicarla.

¿Qué son las fumigaciones preventivas?

Tan importante como acabar con una plaga es hacer todo lo posible para que no aparezcan, para lograrlo las empresas de control de plagas pueden llevar a cabo fumigaciones preventivas que pueden ser de varios tipos:

  • DESINFECCIÓN:
    La fumigación preventiva elimina bacterias, virus, hongos y micoorganismos de nuestras instalaciones, se utiliza en lugares como restaurantes, fábricas de alimentos u hospitales.
     
  • DESINSECTACIÓN Y DESRATIZACIÓN:
    Son fumigaciones preventivas para prevenir la aparición de insectos o ratas.

¿Cuántos tipos de fumigaciones existen?

Si tienes un problema de plagas, puedes elegir entre distintos tipos de fumigación para solucionarlo. El especialista en control de plagas te aconsejará cual es el mejor procedimiento según la plaga a combatir y tu caso en particular.

  • FUMIGACIÓN CON POLVOS:
    se aplica en puntos estratégicos para combatir plagas de cucarachas, hormigas u otros insectos. Tiene la ventaja de que no hay que evacuar el recinto pues el polvo tiene una alta capacidad adherente y no se esparce a través del ambiente.
     
  • FUMIGACIÓN CON LÍQUIDO:
    Se aplica a nivel de rodapié, rociándo con aspersores. Este método de fumigación es muy efectivo contra cucarachas y hormigas y su riesgo de toxicidad es muy bajo.
     
  • FUMIGACIÓN CON GEL:
    Se utiliza contra cucarachas y roedores. El gel se aplica en artefactos electrónicos como cuadros eléctricos, ordenadores, lavadoras, etc. El gel atrae a los insectos mediante el uso de feromonas y mueren cuando entran en contacto con él.
     
  • FUMIGACIÓN CON GAS:
    Es el método de fumigación más conocido y efectivo contra insectos voladores, insectos arrastrantes y roedores.  El proceso de fumigación con gas se llama nebulización y consigue llegar a las esquinas más remotas. Cuando la fumigación es con gas es necesario evacuar la zona y dejar transcurir entre una y cuatro horas para que el gas se disipe por completo y no haya riesgo de intoxicación.